Con la llegada del calor, tu bebé puede estar más demandante. ¿Puedes ofrecer agua a tu peque? ¿Cómo sabes si con el pecho está suficientemente hidratado? En este artículo te cuento todo lo que debes saber para mantener una buena lactancia materna en verano.
Los cambios y adaptaciones de la lactancia materna en verano.
Con el buen tiempo y las vacaciones, es probable que cambien las rutinas del hogar y también las de tu bebé, entre ellas, la rutina de la lactancia materna en verano.
Puedes notar que tu peque se pasa largos ratos enganchado a la teta, que las tomas se vuelven eternas o por el contrario que las tomas son cortas pero muy frecuentes.
Quiero tranquilizarte y decirte que estos comportamientos son muy normales y adecuados para una correcta hidratación y nutrición en esta época.
Influye también la edad del bebé. En los recién nacidos y niños menores de 3 meses, es necesario que puedan disponer del pecho cada poco rato, ya que su capacidad de regulación de la temperatura es menor y necesitan más cantidad de líquido.
En niños mayores, además de que son expertos succionadores y son capaces de obtener la leche que necesitan en pocos minutos, pueden aguantar un poco más de tiempo entre tomas, sobretodo si ya han iniciado la alimentación complementaria.
Señales de hambre y sed de tu bebé
Los bebés, desde el nacimiento, son capaces de expresar cuando tienen hambre o sed a través del lenguaje corporal.
Reconocer cuándo el bebé quiere tomar alimento te permite satisfacer sus necesidades en el momento adecuado.
Las señales tempranas que indican que el bebé tiene hambre o sed y es el momento adecuado para ofrecerle el pecho, son las siguientes:
- Se agita y abre los ojos
- Ladea la cabeza y busca el pecho.
- Abre la boca o hace muecas y chasquidos.
Cuando pasa el tiempo, el bebé empieza a tener mucha hambre, y lo manifiesta con las señales intermedias:
- Se pone los puños en la boca
- Empieza a mover las extremidades y mueve la cabeza
- Se estira
Si esperas más, el bebé se irá poniendo más nervioso y es probable que le cueste más agarrarse al pecho.
Lo mostrará llorando, haciendo movimientos agitados y poniéndose colorado. Estas son señales tardías, que muestran que el bebé está “pasado de rosca” y será necesario calmarle primero y luego darle de comer.
¿Los bebés necesitan agua o lactancia materna?
Esta duda es muy habitual entre las mamis, sobretodo en el verano y el aumento de las temperaturas.
El agua es un elemento básico para la vida. Tanto bebés como adultos necesitamos tomar agua varias veces al día.
De echo, los lactantes necesitan más cantidad de líquido porque el 70% de su peso corporal es agua, y en el caso de los adultos, la proporción es del 50%.
La diferencia está en que los bebés, deben tomar el agua siempre acompañada de nutrientes, para asegurar un correcto crecimiento. Es decir que la lactancia materna, será la forma idónea de ofrecer agua a tu bebé.
¿Cuándo puedo empezar a ofrecer agua a mi bebé?
Si tu bebé tiene menos de 6 meses, no debes darle agua. La leche tiene una composición adecuada para satisfacer las demandas de energía, nutrientes y líquido.
De echo, 88% de su contenido es agua, por lo que ayuda a mantener el equilibrio hídrico, incluso en épocas de calor.
Los lactantes comen a menudo porque necesitan alimento y agua a menudo. El tamaño de sus estómagos es reducido y necesitan mucha energía para crecer. Por lo que la demanda de energía y nutrientes es alta.
Recuerda mantener una lactancia a demanda, es decir siempre que lo desee, asegurando una buena frecuencia de tomas, y tu bebé estará bien hidratado.
A partir de los 6 meses, cuando los bebés inician la alimentación complementaria, pueden empezar a tomar agua en las comidas.
Los lactantes amamantados, suelen mantener muchas tomas a lo largo del día y de la noche, mientras que los alimentados con biberón, es posible que disminuyan las tomas.
Sea como sea, recuerda que hasta el año de edad, la leche sigue siendo el alimento (y la bebida) principal.
Claves para una buena lactancia materna en verano
Para conseguir una lactancia materna exitosa en verano, es necesario prestar atención al bebé y a las señales.
Con las siguientes claves, cubrirás las necesidades de tu peque, y asegurarás una buena lactancia en el periodo estival.
1- Reconoce las señales tempranas de hambre o sed para alimentarlo e hidratarlo a través de la leche materna o artificial.
2- Olvídate del reloj. En la lactancia materna cada vez hay más consciencia de que es a demanda, independientemente del tiempo entre tomas.
Sin embargo, con la fórmula, se suele mantener un horario más estable de comidas. Pero, el biberón también se ofrece a demanda, y más en verano.
Es preferible preparar biberones de menor cantidad y aumentar la frecuencia, para asegurar un aporte más continuado de líquido.
3- El agua, sólo si tiene más de 6 meses. Recuerda que antes de los 6 meses, el agua no se debe ofrecer porque el lactante necesita incorporar el líquido junto con nutrientes y calorías (leche materna) para un correcto desarrollo.
Otras recomendaciones para sobrevivir al calor y proteger a tu bebé en verano
La hidratación a través de la lactancia materna o los líquidos, es la clave para asegurar un buen estado de salud de tu bebé en días de calor, pero no es la única medida que debes tener en cuenta.
La ropa
En verano, no es necesario vestir a los bebés con más cantidad de ropa que la que llevamos los adultos.
Es recomendable emplear prendas de algodón y que no queden ajustadas, para facilitar la transpiración.
Para ir a la playa o a la piscina, usa un vestuario adecuado para la protección solar (gorro, bañador o camisetas con filtro solar, gafas de sol…)
Los paseos
Con el buen tiempo y los días largos, los paseos con tu bebé son un momento de disfrute y relax, siempre que se hagan en momentos del día de menos calor, como a primera hora de la mañana y a última de la tarde.
Si vas a pasear a tu bebé en el carrito, procura que esté fresquito y protegido del sol.
Si optas por el porteo, elige una mochila ergonómica y de una tela adecuada para el verano. Aún así, ten en cuenta que el bebé está pegado a tu cuerpo, por lo que si hace mucho calor, es probable que sude más o se sienta incómodo.
Recuerda que el contacto piel con piel con tu bebé es fundamental para un buen desarrollo de tu bebé. En este artículo te cuento más sobre este método.
Recuerda llevar los utensilios necesarios para cualquier imprevisto (pañales, toallitas, muselina, chupete o biberón si usa) y que si le das lactancia materna, el alimento ya lo llevas preparado encima.
La temperatura de su habitación
En casa, es recomendable mantener la habitación del bebé entre 22 y 23 grados. Puedes ventilar por la mañana a primera hora y por la noche, y bajar las persianas durante el día para que no se recaliente demasiado el cuarto.
Puedes usar el aire acondicionado o un ventilador un rato antes de acostar al bebé para refrescar el habitáculo, pero evita cambios bruscos de temperaturas.
La protección solar
La piel de los bebés es muy fina y se puede quemar fácilmente.
Los bebés menores de 6 meses no deben estar expuestos al sol de forma directa. Es recomendable protegerles con ropa adecuada y mantenerlos a la sombra.
Puedes usar un protector solar de tipo físico para las partes del cuerpo que queden expuestas al aire libre (cara, brazos y piernas). Los protectores físicos forman una pantalla que reflejan los filtros UVA y UVB, pero no se absorben en la piel.
En bebés de más de 6 meses, las medidas de protección deben ser las mismas, pudiendo emplear filtros solares químicos infantiles.
Evita la exposición directa al sol en las horas centrales del día.
El verano, los días largos y el aumento de las temperaturas nos empujan a pasar más horas al aire libre. Y es muy saludable para nuestros peques, siempre que tengamos en cuenta las medidas necesarias para su seguridad.
La lactancia materna en verano es la forma de hidratación adecuada para tu bebé, que asegura una correcta nutrición e hidratación, siempre que se ofrezca a demanda.
Y tú, ¿con qué problemas te encuentras con la lactancia? Te leo en comentarios
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